Vanessa Álvarez, Testimonio Alumni
Recuerdo el día en el que miré desde lejos a la Pontificia Universidad Católica y la proclamé mía. No tenía el dinero, ni la admisión, pero si motivación. Cuando supe que fui seleccionada empezó todo a lo que hoy le llamo una gran experiencia de vida. Mi ilusión fue desbordante, empecé con todas las ganas y terminé con las mismas que me incentivaron a ser parte de todo; desde levantar la mano en cada clase, hasta representar con entusiasmo mi carrera. En este lugar se me abrieron grandes escenarios y me enfrenté a un sinnúmero de retos, para ser sincera muchas veces temblé del miedo, pero aquí aprendí y gracias a ello crecí.
Me acostumbré a llevar junto a mí una libreta en la que escribía cada frase o instrucción importante. Entre aquellas notas, dos impactaron mi vida y fueron las causantes de todo lo que a partir de escucharlas sucedió. “La motivación es la fuerza que mueve el universo” fue una de ellas, entonces decidí motivarme por cada meta y fue así como en mi segundo semestre de Comunicación Social logré ingresar a trabajar en radio. ¿Una chica con suerte? Yo diría una chica que logra mover el universo con motivación. La radio fue parte de mi escuela y me permitió pagar toda la carrera universitaria. Sé que soñamos con el momento cumbre de cada meta y en definitiva yo soñaba con aquello, pero aquí es donde ingresa la segunda frase “Disfruta el viaje y amarás el final”. Me concentré en vivir cada momento, hasta esos en los que quería llorar, escapar o dejar. Llegó el gran día de mi defensa, de repente escuché mi nombre donde mencionaban a la nueva comunicadora de la república, ese instante fue increíble y mi corazón se llena de emoción con tan solo recordarlo, me pertenecía y yo misma me llevé hacía el. Amé con todas mi fuerzas el gran final, pero disfruté con el alma la trayectoria. Entonces, entiendes que son años de esfuerzo resumidos en mágicos segundos.
La práctica hace al maestro y en definitiva pude comprobarlo. La radio me permitió generar un proyecto que vinculado a la universidad pasaron de la teoría a la práctica. Un programa que generó gran impacto en la provincia, tanto así, que en el 2019 fui seleccionada entre las cuatro mejores locutoras. Al mismo tiempo tuve la oportunidad de ser parte de una revista digital, aquí comencé mi carrera frente a cámaras y di mis primeros pasos generando contenido. En este espacio pude realizar varios aportes entre ellos un programa de emprendimiento, político y de entretenimiento educativo. Uno de estos proyectos fue nominado como mejor programa semanal. La experiencia en estos espacios fue enriquecedora. Sin embargo, estaba segura que podía dar mucho más. Fue en ese momento en el que decidí probar nuevos escenarios y llegó la oportunidad de ingresar a un medio digital, pero con distinto enfoque. Por otro lado, me invitaron a formar parte de Zaracay Tv, un canal local. Estos espacios me brindaron grandes aprendizajes y también inolvidables recuerdos. En el canal empecé como reportera y en pocos meses pasé a ser la presentadora de una revista familiar. El equipo con el que compartí fue maravilloso. Estando en este programa me nominaron a mejor presentadora de televisión local y me hicieron acreedora a un reconocimiento.
‘‘El que no vive para servir, no sirve para vivir’’ En esta hermosa aventura llena de retos y recompensas decidí hacer algo más, capacitar y guiar a personas que tienen la misma intención, amor y pasión por la comunicación. Una de las metas fue involucrar a un grupo de jóvenes en radio, ellos fueron piezas fundamentales para el crecimiento del programa que en ese entonces manejaba. Los vinculé en presentaciones de eventos y animaciones. Desde los 15 años he venido realizando la labor de eventos y esta experiencia ha sido clave para mi desarrollo en el mundo de la comunicación. Por lo tanto, mi anhelo era que cada uno de ellos también pueda hacerlo. Estuvimos trabajando como equipo en varias presentaciones, bajo el nombre de una marca creada, Matilda Zhu. Esta marca nos dio trabajo a varios miembros del grupo, hasta que llego la pandemia.
En las mayores dificultades podemos encontrar grandes oportunidades, lo dijo Robert Kiyosaki. Segura de esa afirmación decidí tomar al COVID 2019 como una oportunidad y aunque no sabía cómo empezar, simplemente decidí crear. En esta etapa Matilda, la marca que desarrollé, no podía realizar presentaciones de eventos, sin embargo uno de sus fines es generar sentimientos emotivos y felices en las personas. Entonces vi la necesidad de ayudar mediante un nuevo emprendimiento, en donde a través de un detalle se comunicaba un mensaje de amor. Aquí empieza Matilda detalles, un negocio que hasta el día de hoy sigue creciendo y se convirtió en una mis principales fuentes de ingreso.
En cuarentena nunca dejé de lado a la comunicación, desde mi casa creé un programa piloto de entrevistas y al pasar el tiempo, volví al ruedo. Me invitaron a ser parte de una interesante iniciativa, La Feria del Emprendedor, donde hoy en día tengo el gusto de participar como presentadora. Por otro lado, me realizaron una oferta de empleo en la que con franqueza no estaba segura de aceptar. Mi intención era seguir haciendo crecer el emprendimiento, sin embargo, quienes hicieron la propuesta estaban convencidos de quererme en su equipo y aceptaron todas mis condiciones, entre ellas tener disponibilidad de tiempo para seguir con Matilda. Aceptar esa propuesta fue muy acertada. Estoy trabajando en una agencia de marketing con un equipo espectacular, podría decir que entre los mejores de esta provincia. Aquí desarrollo todas mis habilidades como comunicadora. Actualmente soy la imagen y voz de varias empresas, productora de un programa digital y como si fuera poco hace un par de meses decidí ser la propietaria de un nuevo emprendimiento.
Mi agradecimiento es inmenso y mis metas cada vez más grandes. Deseo seguir amando con locura mi labor y hacer que mis maestros sonrían al ver lo que han creado. Deseo hacer que mis padres, amigos, ciudad y país se enorgullezcan de la profesional y ser humano que los representará en cada lugar. Creo que si Dios puso en tu corazón un sueño, junto a el te envió las herramientas para alcanzarlo.
Vanessa, Álvarez, Lic.