Karen Caguano, Testimonio Alumni
LA HISTORIA DE UNA COMUNICADORA
Mi sueño siempre fue ser periodista, sí, de esas que salen en la televisión o de aquellas que escuchas en la radio, pero ¿qué tan difícil podría ser? Todo tiene su grado de complejidad pero nada es imposible y más aún cuando sigues tu sueño. Para ser exactos en el año 2014 inició este camino, al ser aceptada en la carrera de Comunicación Social en la tan conocida Católica, Cato o PUCE, cuyo nombre completo es Pontificia Universidad Católica del Ecuador sede Santo Domingo. Recuerdo claramente que todos me decían que una de las mejores etapas de nuestras vidas era la universitaria y aunque suene cliché, así fue.
Para empezar el primer día de clases me perdí, no daba con el aula, como estudiante nueva pregunté a varias personas hasta que llegué a mi clase, lo recuerdo como si fuese ayer. El salón estaba casi lleno y predominábamos las chicas. Algo que no olvidaré fue cuando la docente al vernos comentó, “es el grupo más numeroso que he visto dentro de la carrera, espero que así culminen, sean unidos”. Sin duda alguna, me sentía como una niña pequeña en medio de desconocidos que con el tiempo se convirtieron en compañeros y después en amigos.
A lo largo de esos 4 años de carrera tuve altos y bajos; risas y llantos; desveladas y amanecidas. Pero lo que en mí primó fueron las experiencias y la oportunidad que me dieron los docentes para crecer como profesional sin aún serlo, me dieron su voto de confianza. Recuerdo la primera animación que hice en un evento de la universidad, los nervios y la adrenalina invadieron todo mi cuerpo, equivocaciones tuve, pero gané conocimiento.
Mis profesores y compañeros fueron un pilar fundamental dentro de mi formación académica, además, con el paso del tiempo ellos se convirtieron en mi segunda familia. Los últimos dos semestres fueron los más complicados por varios motivos; la tesis, exámenes, exposiciones y mi trabajo, sin embargo, eso me unió más a mis compañeras/amigas.
A pocos días de culminar el plazo para la entrega de tesis, el estrés aumentó, tenía que realizar papeleos para que mi trabajo fuera aceptado, revisar los CD y las fuentes. En sí, todo debía estar listo y perfecto para por fin graduarme. ¿Y qué creen? Aceptaron mi tesis y toda la documentación, ahora sí, era el turno de prepárame para defender con garras y dientes el trabajo de casi dos años seguidos de mi persona y mi compañera.
¡Llegó el gran día, la disertación de mi tesis! Mi corazón latía a mil por hora, parecía que se saldría de mi pecho. Hay un momento que lo recuerdo con toda claridad, ingresar al auditorio y ver a mis docentes Cristina, Marcelo y Juan Pablo parados ahí listos para iniciar, pero antes de eso, se acercaron y dijeron “chicas ustedes se ganaron este título hace mucho tiempo atrás, ustedes ya son profesionales” inmediatamente las lágrimas corrieron por nuestros rostros mi amiga y yo no podíamos contenernos, pero aun así lo hicimos porque era el momento de demostrar porque elegimos Comunicación Social.
Al poco tiempo de egresar de la universidad ingresé a trabajar a un medio televisivo del cantón llamado Majestad Tv en donde me desempeñé como reportera de noticias, sin duda, una experiencia dura, pero única. Durante ese tiempo me di cuenta que la universidad me dio las bases, lo demás dependía de mí. Mi trabajo es el mejor oficio del mundo, pero como lo dije en un inicio uno de los más duros porque vives experiencias alegres, tristes, exasperantes por mencionar algunas acompañado de largas jornadas.
Recuerdo claramente mi primera nota fuerte, cubrí un accidente de tránsito en la vía Santo Domingo – La Concordia, aquel siniestro le costó la vida a una persona, creí estar preparada, pero la realidad fue otra. Llegué a la escena de los hechos, vi los vehículos hechos nada y dentro de uno de ellos a un hombre sin vida. Hasta el momento era soportable, pero no contaba con la llegada de la esposa del fallecido y su pequeño hijo, quien con toda la fuerza del mundo empujó a los agentes y rompió la cinta de seguridad. Gritaba a viva voz hasta que esa voz se quebró, esa imagen me llegó, tanto así que las lágrimas brotaron de mis ojos automáticamente. Sabía que no debía llorar, no era correcto, me di vuelta, respiré fuerte, sequé mis lágrimas y empecé a trabajar.
Nadie nos enseña cómo afrontar las diferentes situaciones que se nos presentan en el día a día, te advierten sí, pero no es lo mismo. Para entrevistar a la fémina tuve que sentir su dolor, hacerle saber que solo quería ayudar, esclarecer qué sucedió. Así como esta historia tengo varias, a mi corta edad entrevisté a la Ex Ministra de Gobierno María Paula Romo, al Ex Vicepresidente Otto Sonnenholzner, al Presidente de la Asamblea Nacional Cesar Litardo y demás autoridades locales.
Esto me abrió puertas para desempeñarme como comunicadora institucional de una empresa adscrita a la Municipalidad de Santo Domingo. Esta nueva rama me mostró otro panorama de mi profesión. Gané experiencia, amistades y contactos. Pese a todo esto sentía que lo mío no era estar tras un escritorio, lo mío era estar en territorio o como se dice coloquialmente “donde las papas queman”.
Poco después me desempeñé como Jefa de Noticias en un Medio Digital, aprendí mucho, pero en este capítulo de mi vida pasé un momento amargo, en ese punto es cuando ves cómo en realidad son las personas y sus intereses. Después de la tormenta llega la calma y efectivamente descubrí mis dotes como community manager, formando parte de una empresa donde manejé la imagen de esta. Por el día laboraba para esta empresa y por la noche me desempeñaba como presentadora de un programa político dentro del medio digital Infórmate Santo Domingo.
Actualmente, soy parte del equipo de comunicación de un asambleísta por la Provincia. Este nuevo reto a mis 24 años de edad, una nueva experiencia profesional y personal. Mi objetivo en este cargo es resguardar la imagen del asambleísta, llevar su agenda y la vinculación directa con los medios de comunicación.
En este corto tiempo he tenido la dicha de conocer gente buena que ha sumado en mi vida, han aportado con su amistad; anécdotas, conocimientos y buenas vibras. Cada granito ha sido significativo para mí, lo digo una vez más, mi profesión es el mejor oficio del mundo, me ha abierto puertas a experiencias y oportunidades que en su momento no avizoraba. Sé que este es el inicio de algo grande, tengo nuevos retos, nuevas metas y principalmente ganas de seguir cumpliendo mis sueños.
Karen Lizbeth Caguano Solórzano
Licenciada en Comunicación Social
Karen Caguano, Licenciada en Comunicación Social